martes, 27 de abril de 2010

viernes por la noche

Que noche de mierda.


Viernes a la noche, después de haber laburado todo el día recibí un llamado de la novia de uno de mis mejores amigos, que me invitaban a cenar a su casa, para presentarme una mina. Y yo fui.
Mi viejo tiene una costumbre que he adoptado, y es nunca caer con las manos vacías, así que pasé por el chino y compré un vinito y unos chocolates para el postre… uno nunca sabe ni dónde ni cómo va a terminar una noche así.
Como todo hombre, tenía la esperanza que la mina sea una perra infernal, una de esas que cuando las ves te preguntas “¿Esta bestia me va a dar bola a mi que soy un nabo?”. Pero no. Tampoco vamos a decir que era fea. Estaba bien, además un fierrazo no se le niega a nadie.
Estábamos citados a las 9, y como soy medio paquete, para hacerme desear un poco caí a las 9.30 más o menos. Ella llegó a las 10. Ella 1, yo 0.
Comimos asado, el fuerte culinario del dueño de casa. La verdad que nos cagamos de risa toda la noche. En un momento, no se cómo, estaba yo solo con la mina en la terraza, acostados en una especie de alfombra mexicana, mirando las estrellas… MIRANDO LAS ESTRELLAS!!! (cualquiera que vea esto desde afuera, claramente tiene que desaparecer de alrededor, y creo que esto fue lo q hicieron mi amigo y la novia). Charlamos de todas, pero de todas las pelotudeces se les puedan ocurrir.
Ya eran casi las 3 de la mañana y yo no había robado ni un beso, ni una agarrada de mano, ni un toqueteo de esos casuales, nada. Pero me dije, tranquilo viejo, la próxima que te diga algo muy pelotudo la mirás y le tirás el cabezazo tucumano. No puede fallar.
Dicho y hecho. No me acuerdo qué dijo exactamente pero estoy seguro que había sido una de las cosas más boludas que pudiera haber oído esa noche, algo así como que las veredas de las calles deberían tener sentido de circulación para que la gente no se choque y vayan todos para el mismo lado. Y lo decía enserio. Recontra inteligente la loca. ¿?
Era el momento para cagarme de risa, ¿Pero el descontrolado que hizo? Si señora, me le tiré encima cual luchador de sumo y para mi sorpresa, ella tenía una agilidad de puma. En un solo movimiento me esquivó, largó una puteada y me puso un cachetazo que todavía tengo la marca. Ella 2, yo seguía en 0.
No me enojé, me puse loco. Nunca antes me había puesto así. No es la primera vez que me dicen que no, ¿Pero que además me pegue un cachetazo? ¿Por un beso que ni siquiera pude dar? Noooo, eso sí que no, yo soy hombre y me la banco y no te cago a trompadas porque tenés tetas.
Acto seguido y sin mediar palabra alguna, bajé de la terraza. Ella me siguió. En el comedor estaba mi amigo con la novia mirando la tele. Con una mirada le dije todo, y él se cago de risa al verme la cara toda roja. No tuvo tiempo de preguntarme nada, la mina se paró al lado mío, y con esa voz suavecita, que antes me había parecido un encanto mientras hablábamos en la terraza, pero que ahora se había transformado en una voz casi tan irritante como la de Zulma Lobato cantando, dijo “me voy, ¿Me llaman un taxi?”.
De repente me miraron como si yo fuera un depravado sexual o algo por el estilo. Si no viste la situación, y un pibe baja con 5 dedos marcados en la cara y la mina dice que se va, es lógico pensarlo. Así que ahí me hizo el 3º. Ella 3, yo nada.
Por suerte se fue. El taxi no tardó más de 5 minutos. Yo estaba re caliente, esperé un rato, conté lo que había pasado para no crear malos entendidos y me fui a casa a ver la tele y a comer los chocolates que había comprado para deleitarla. ¿Que nochecita, no? Ojalá terminara ahí.
Llegué a casa a eso de las cuatro y media. Sobrio, de mal humor y con ganas de hacer por lo menos UNA de las cosas que había planeado. Ver la tele y comer chocolate (que enrealidad son dos pero cuenta como una porque es un combo). Entré a mi cuarto, me metí en la cama, y cuando quise manotear la campera para agarrar los chocolates me di cuenta que de la calentura me había dejado la campera en lo de mi amigo con los chocolates adentro. No tener chocolates no fue tan grave, más cuando no tenía bajón. Así que prendí la tele con la esperanza de encontrar algún capitulo de los simpsons.
Y... LLUVIA. Todos los canales se veían con lluvia. Pasé los 85 canales para ver si lograba ver algo, por lo menos una figura que se pareciera a algo, moví la antena (bah, el cable ese que se enchufa atrás), la tele, toqué todos los botones del control remoto, de a uno por vez y todos juntos, me paré, apagué la tele y la volví a prender desde el botón mismo del televisor, pero no hubo caso. Volví a la cama, me tapé como si hicieran 10 grados bajo cero y me dormí.